Sábado 27 de enero de 2001.
Por: Sergio Roulier.
El anuncio lo hizo el concesionario Trenes de Buenos Aires al renegociar su contrato con la Nación.
La empresa Trenes de Buenos Aires (TBA) prometió que dentro de dos años aproximadamente habrá un tren semirrápido a Retiro. El servicio contará con cuatro frecuencias diarias, dos de ida y dos de vuelta, y se propone competir con los colectivos. El anuncio se hizo ni bien el gobierno nacional dio a conocer el acuerdo de renegociación del contrato de concesión. En la actualidad, la firma presta un servicio precario que consta de un convoy que sale una vez al día y con un viaje de más de cinco horas. Ahora el ramal formará parte de su área concesionada. Las actuales condiciones de la prestación se mantendrán hasta que se concreten las inversiones anunciadas en cuanto a vías y coches.
La concesión de TBA se extendió hasta el 2019, según la renegociación. En un momento, se temió que el tren a Retiro quedase afuera del acuerdo, pero la presión ejercida por el gobierno de la provincia y la difusión pública de la cuestión, tal como lo reconoció la gente de TBA, hicieron que el servicio no se cayera.
El presidente de la Nación, Fernando de la Rúa, aprobó por decreto anteayer la renegociación del contrato de concesión de los ferrocarriles Mitre y Sarmiento, a cargo de Trenes de Buenos Aires, que implica inversiones por 1.300 millones de pesos y una suba tarifaria prevista de hasta 60 por ciento. Y también se confirmó que el ramal Rosario-Retiro seguirá en manos de esa firma.
El 23 de octubre de 1997 TBA se hizo cargo del tren de pasajeros a la Capital Federal, con una prestación más bien "social", tal el acuerdo con el gobierno anterior. Cada mañana sale un convoy, de ida y vuelta, que cubre el trayecto hasta Retiro, que tarda más de cinco horas. El servicio, además de lento, es incómodo y usado por aquellos que no pueden pagar el costo del pasaje en micro.
Esta prestación seguirá hasta que se concreten las inversiones proyectadas. Jorge Molina, vocero de la compañía, estimó que a fines del 2002 las obras podrán estar listas y que el tren semirrápido estará funcionando dentro de dos años.
Desde la Secretaría de Transporte de la Nación se aclaró que la empresa obtuvo la autorización para seguir con el servicio, pero no a utilizar fondos del Estado, que paga en concepto de subsidio, para concretar las obras. Esos fondos deberán salir del rubro "inversiones adicionales" a realizar por el privado.
Molina dijo a La Capital que el monto de las inversiones a realizar van de los 40 a los 50 millones de pesos, e incluyen la incorporación de nuevas unidades motoras y mejoramiento de las vías. En cuanto a los coches, se prevé incorporar vehículos con "asientos confortables, baño, aire acondicionado y snack bar".
Sobre el tema del corredor ferroviario la situación es más compleja, ya que el tramo Rosario-Zárate está en manos de la empresa Nuevo Central Argentino (NCA). Según el texto del acta aprobada, TBA debe acreditar en un plazo de 180 días el acuerdo con NCA que le otorgue la disponibilidad de la vías de la línea Mitre -en los tramos no urbanos- para la operación del servicio.
La intención de TBA es que los trenes sigan saliendo desde la estación Rosario Norte. El vocero descartó inconvenientes debido a que ese edificio está ocupado por la Secretaría de Cultura municipal. "Las estaciones ferroviarias son lugares de despacho de pasajeros y que no necesitan de grandes estructuras", agregó.
Por otra parte, Molina dejó abierta la posibilidad de que otros capitales ingresen al negocio y puedan desarrollar más servicios en cuanto a trenes de pasajeros por el carril Rosario-Retiro. "Ya hay empresarios, incluso argentinos, interesados en participar", adelantó.
A la compañía, el tren de pasajeros desde Rosario le significa menos del uno por ciento de sus ingresos. Su fuerte está en los trenes urbanos de la Capital.
La presión de la provincia
Desde el comienzo del proceso de renegociación contractual, el concesionario quiso quedarse con el ramal en cuestión y anunció un plan de inversiones con la idea de instalar un convoy semirrápido con vagones nuevos. Con la demora en la firma del nuevo acuerdo y la aparición de otros interesados en quedarse con el servicio -circuló la versión sobre el interés del gobierno bonaerense en quedarse con el ramal- existió el temor de que el único tren a Retiro dejara de funcionar.
El Ejecutivo santafesino puso en marcha un lobby para que el servicio no se detenga. El vicegobernador Marcelo Muniagurria, a cargo de la Gobernación cuando Carlos Reutemann viajó a los Estados Unidos para operarse, estuvo al frente de la cuestión, y hasta hubo contactos entre funcionarios provinciales y de la Nación.
El anuncio de TBA llena de expectativas a aquellos que añoran los años dorados del ferrocarril y a los que deben, a la fuerza o no, utilizar el servicio. La concreción dependerá de la empresa y cómo cumple con lo prometido.
http://archivo.lacapital.com.ar/2001/01/27/articulo_15.html
Por: Sergio Roulier.
El anuncio lo hizo el concesionario Trenes de Buenos Aires al renegociar su contrato con la Nación.
El actual servicio se mantendrá hasta que se concreten las inversiones. |
La empresa Trenes de Buenos Aires (TBA) prometió que dentro de dos años aproximadamente habrá un tren semirrápido a Retiro. El servicio contará con cuatro frecuencias diarias, dos de ida y dos de vuelta, y se propone competir con los colectivos. El anuncio se hizo ni bien el gobierno nacional dio a conocer el acuerdo de renegociación del contrato de concesión. En la actualidad, la firma presta un servicio precario que consta de un convoy que sale una vez al día y con un viaje de más de cinco horas. Ahora el ramal formará parte de su área concesionada. Las actuales condiciones de la prestación se mantendrán hasta que se concreten las inversiones anunciadas en cuanto a vías y coches.
La concesión de TBA se extendió hasta el 2019, según la renegociación. En un momento, se temió que el tren a Retiro quedase afuera del acuerdo, pero la presión ejercida por el gobierno de la provincia y la difusión pública de la cuestión, tal como lo reconoció la gente de TBA, hicieron que el servicio no se cayera.
El presidente de la Nación, Fernando de la Rúa, aprobó por decreto anteayer la renegociación del contrato de concesión de los ferrocarriles Mitre y Sarmiento, a cargo de Trenes de Buenos Aires, que implica inversiones por 1.300 millones de pesos y una suba tarifaria prevista de hasta 60 por ciento. Y también se confirmó que el ramal Rosario-Retiro seguirá en manos de esa firma.
El 23 de octubre de 1997 TBA se hizo cargo del tren de pasajeros a la Capital Federal, con una prestación más bien "social", tal el acuerdo con el gobierno anterior. Cada mañana sale un convoy, de ida y vuelta, que cubre el trayecto hasta Retiro, que tarda más de cinco horas. El servicio, además de lento, es incómodo y usado por aquellos que no pueden pagar el costo del pasaje en micro.
Esta prestación seguirá hasta que se concreten las inversiones proyectadas. Jorge Molina, vocero de la compañía, estimó que a fines del 2002 las obras podrán estar listas y que el tren semirrápido estará funcionando dentro de dos años.
Desde la Secretaría de Transporte de la Nación se aclaró que la empresa obtuvo la autorización para seguir con el servicio, pero no a utilizar fondos del Estado, que paga en concepto de subsidio, para concretar las obras. Esos fondos deberán salir del rubro "inversiones adicionales" a realizar por el privado.
Molina dijo a La Capital que el monto de las inversiones a realizar van de los 40 a los 50 millones de pesos, e incluyen la incorporación de nuevas unidades motoras y mejoramiento de las vías. En cuanto a los coches, se prevé incorporar vehículos con "asientos confortables, baño, aire acondicionado y snack bar".
Sobre el tema del corredor ferroviario la situación es más compleja, ya que el tramo Rosario-Zárate está en manos de la empresa Nuevo Central Argentino (NCA). Según el texto del acta aprobada, TBA debe acreditar en un plazo de 180 días el acuerdo con NCA que le otorgue la disponibilidad de la vías de la línea Mitre -en los tramos no urbanos- para la operación del servicio.
La intención de TBA es que los trenes sigan saliendo desde la estación Rosario Norte. El vocero descartó inconvenientes debido a que ese edificio está ocupado por la Secretaría de Cultura municipal. "Las estaciones ferroviarias son lugares de despacho de pasajeros y que no necesitan de grandes estructuras", agregó.
Por otra parte, Molina dejó abierta la posibilidad de que otros capitales ingresen al negocio y puedan desarrollar más servicios en cuanto a trenes de pasajeros por el carril Rosario-Retiro. "Ya hay empresarios, incluso argentinos, interesados en participar", adelantó.
A la compañía, el tren de pasajeros desde Rosario le significa menos del uno por ciento de sus ingresos. Su fuerte está en los trenes urbanos de la Capital.
La presión de la provincia
Desde el comienzo del proceso de renegociación contractual, el concesionario quiso quedarse con el ramal en cuestión y anunció un plan de inversiones con la idea de instalar un convoy semirrápido con vagones nuevos. Con la demora en la firma del nuevo acuerdo y la aparición de otros interesados en quedarse con el servicio -circuló la versión sobre el interés del gobierno bonaerense en quedarse con el ramal- existió el temor de que el único tren a Retiro dejara de funcionar.
El Ejecutivo santafesino puso en marcha un lobby para que el servicio no se detenga. El vicegobernador Marcelo Muniagurria, a cargo de la Gobernación cuando Carlos Reutemann viajó a los Estados Unidos para operarse, estuvo al frente de la cuestión, y hasta hubo contactos entre funcionarios provinciales y de la Nación.
El anuncio de TBA llena de expectativas a aquellos que añoran los años dorados del ferrocarril y a los que deben, a la fuerza o no, utilizar el servicio. La concreción dependerá de la empresa y cómo cumple con lo prometido.
http://archivo.lacapital.com.ar/2001/01/27/articulo_15.html